viernes, 8 de junio de 2012

Me da igual lo que piensen.

  ¿Qué tiene en contra la gente de los pensamientos ajenos? ¿Por qué al recibir opiniones no favorables nos cerramos, ocupamos un lugar a la defensiva y tiramos de orgullo en vez de utilizar la cabeza y no cerrar la mente?
  La gente suele pensar en una verdad absoluta, irrefutable. Una verdad que únicamente ellos conocen. No importa en absoluto las situaciones, las acciones realizadas o las repercusiones que produzcan; nada va a variar.
  Parece que hemos llegado a un momento en el que hemos aprendido de lo crueles y horribles que somos, y ante eso, utilizamos un instinto que antes no teníamos: el del egolatrismo.
  Antes de desarmarnos y aceptar lo que pasa, preferimos cerrar los ojos y sacar ese orgullo tan estúpido que produce vergüenza al orgullo que aparece al ver a un familiar consiguiendo una meta extremadamente complicada, por ejemplo.

  Se pueden entender varios sentidos en esa frase. A mi ver hay dos: el positivo y el negativo.

  1. El positivo: Luchamos por unos ideales inculcados desde pequeños, o desde no tan pequeños. Tenemos un cierto apego por nuestras ideas pero sabemos que no son universales. Tenemos un círculo que opinará de ellas, pero es nuestro círculo, y puede darse el caso de que la empatía y el formar parte del mismo bando condicionen. Recibimos críticas, y hasta donde el respeto llega somos capaces de discernir y encontrar las productivas. Mejor superarnos y esforzarnos en la verdad, que vivir felices en una posible ignorancia; en una mentira.                                                                                                                                                                   
  2. El negativo: Sólo nos importa nuestro círculo, ellos nos hicieron así y no necesitamos cambiar. No pretendemos hacer caso ni variar nuestras ideas y formas de actuar. No les VAMOS A PERMITIR variar nuestra mente. Somos felices en esta realidad, aunque quizás vamos a contracorriente...no, ¿Qué digo? Ellos van a contracorriente.
  Lo más paradójico de este tema es que, precisamente, los que utilizan ese segundo tipo de visión no tienen reparo en hacer uso de sus ideas para criticar, destrozando completamente su visión al hacer lo contrario de lo que ellos piensan.

  A continuación viene la verdadera pregunta de esta entrada.



¿Donde está la diferencia entre el narcisismo y la autoestima?

  Desde hace tiempo corre una idea mal argumentada. Se dice que el narcisismo aparece debido a una extremada autoestima, a un exagerado amor por uno mismo.
   
   Llegar a el narcisismo es muy fácil, se puede ir por el camino ya dicho, agrandando la autoestima, pero hay otro camino, el contrario: al poseer menor autoestima se suele sufrir mayor narcisismo.

  Es muy común pensar que están unidas pero son cosas muy distintas. La persona con autoestima confía en sus posibilidades, tiene respeto por si mismo, se siente capaz de actuar...etc. Por otro lado el narcisista siente grandiosidad frente al resto, necesidad de reconocimiento, inseguridad, desdén...etc.

  La autoestima y el narcisismo tienen bases relativamente similares, pero son los pequeños matices los que cambian completamente.
Ambas están separadas por una línea fácil de cruzar, con consecuencias bastante negativas.

  Cuando se oye hablar de "narcisista" nos imaginamos a estetas, a grandes estrellas (mundo del deporte, música, actuación), a cargos altos de nuestro país y del mundo, que por culpa de su responsabilidad han sobrepasado esa línea. Volamos a criticar y a detestar a esas personas e intentamos conseguir que gente apoye nuestro razonamiento. 

  Si esta misma situación aparece en el hermano de un amigo nuestro, no hay problema. Es su personalidad, es una personalidad, como la mía. No pasa nada. No saltan las alarmas en ningún lado.
  A veces elegimos no darnos cuenta de lo que ocurre, y otras veces, gracias a la rutina, lo hacemos directamente.

domingo, 6 de mayo de 2012

Melancolía

   Hace poco estuve viendo una película que trataba de la llegada del fin del mundo visto desde dos perspectivas muy diferentes que te hacen pensar y preguntarte ¿Qué haría yo ante la llegada de el fin del mundo?.

   En la primera perspectiva, para la mujer, el fin del mundo era lo mejor que podía ocurrir porque según ella la vida era malvada, despiadada, insufrible, triste...lo que viene siendo una mierda envuelta con papel de regalo para que nos engañemos y creamos que es lo mejor que nos podían dar.

   En cierta parte muchos pensamos como la primera perspectiva cuando tenemos un problema que creemos que no podemos superar, del que no podremos salir nunca... y entramos en un bucle que nos provoca una depresión y nos hace sacar todos nuestros sentimientos más melancólicos y tristes.

   En la segunda perspectiva, la mujer tenía una vida perfecta con dinero y amor, por lo que ella de ningún modo quería que llegara el fin del mundo, porque lo tenía TODO y no podía creer que se lo fueran a arrebatar de aquella manera. Cuando se acercaba la hora del fin, todo su mundo de felicidad se empezó a desmoronar hasta que perdió toda la esperanza y comenzó a asumir que esto se iba a acabar y no podía hacer nada para impedirlo.

   Es cierto que cuando lo tenemos todo y no hay que mover ni un solo dedo, ni preocuparse por los demás, la vida es muy fácil y divertida. Claro así se vive de lujo, quien no quiere una vida así, sin preocupaciones y dependiendo de alguien que nos mantenga y nos lo de todo. Pero cuando esto se empieza a acabar comienzan nuestros problemas y queremos desaparecer y morir porque no sabemos que hacer ni como actuar.

   Por eso me pregunto,¿Cómo actuaríamos ante la llegada del fin del mundo?, ¿Querríamos olvidar todo y desaparecer para siempre como si nunca hubiéramos existido ni formado parte de este mundo? o ¿Nuestra vida es tan perfecta y artificial que de ningún modo querríamos que acabara y así seguiríamos viviendo del cuento sin preocupaciones y chupándole la energía a los demás?.

   Yo pienso que conscientemente nadie se posicionaría en ninguna de las dos perspectivas, puesto que dependería de nuestro estado de ánimo elegir alguna de las dos.

   Puede que sea complicado, pero en vez de pensar en que haríamos si... Deberíamos hacer algo con nuestras vidas y salir adelante o seguir sentados sin hacer nada y viéndolas venir hasta que nos coma nuestra propia mierda.

Anyone can be...

   Hechos como el desprecio de los políticos y de algunos ciudadanos por la cultura; el fanatismo exagerado ante deportes, "costumbres", ídolos...etc; la mentira como forma natural de supervivencia o el martirio y las depresiones voluntarias son mi principal motivo para esta entrada.

   Día tras día los telediarios se vuelven cada vez más funestos. Nos hablan de hecatombe en España y en el Mundo a paso agigantados. Las malas noticias nos ahogan y nosotros, en vez de utilizar ese órgano que tenemos, llamado cerebro, para proponer, lograr, emprender, inventar, cambiar, subir, crecer e intentar hacer de nosotros y del resto algo mejor, seguimos buscando el por qué de esta situación.

   Bien, si la gente en vez de esperar a convertirse en genio por ciencia infusa intentase realmente serlo y aprovechase su tiempo, sus ideas y sus posibilidades para ello seguro que lo conseguiría porque todo el mundo puede ser lo que quiera ser pero...¿Qué ocurre? Dinero, reconocimiento, comercialización, modas, parte de nuestro círculo e incluso nuestro propio cerebro dificultará mucho el camino hasta lo ya dicho.

   Partimos desde una posición favorable, aunque esta sea muy negra pero si observásemos desde fuera la situación en la que nos encontramos veríamos que estamos con una soga al cuello accionando NOSOTROS mismos la palanca que controla la trampilla que hay a nuestros pies.

   Nosotros tenemos la suerte de poder decidir cambiar esa imagen, cada uno personalmente. Es difícil, pero hay que dar las gracias, porque al menos, está en nuestras manos.